Vall d'Aran
Escondido en el noroeste del Pirineo de Lleida, a tres horas y media de Barcelona, el Valle de Arán, con capital en Vielha, es un paraíso para los amantes de los deportes de alta montaña, como el esquí. Un valle con iglesias románicas, tradiciones ancestrales, instituciones de gobierno propias y una lengua occitana: el aranés.
El Valle de Arán, situado en la vertiente francesa del Pirineo y rodeado por picos de 3.000 m, se ha mantenido prácticamente aislado del resto de Catalunya hasta principios del s. XX, cuando se construyó la carretera del puerto de la Bonaigua y el túnel de Vielha. Este aislamiento le ha permitido mantener una arquitectura, una lengua, un gobierno y una cultura propias. Al estar situado en la cuenca atlántica, el clima es más frío y lluvioso que en los otros valles catalanes. En las montañas del Pirineo de la Vall d’Aran, la vegetación se caracteriza por pastos y bosques de abetos, pinos silvestres y hayas donde habitan corzos, rebecos, jabalíes y osos. A mediados de otoño la nieve empieza a cubrir el Valle d’Aran. Es cuando se inicia la temporada en Baqueira Beret, el área esquiable más grande de Catalunya: 108 Km. de pistas, 7 Km. de esquí nórdico, 33 remontes y 1.000 m de desnivel.
En casi cada pueblo del valle se pueden encontrar iglesias románicas: Santa Maria de Arties (s.XIII), de estilo románico lombardo; Sant Andreu de Salardú (s.XIII), con planta de tres naves y campanario octogonal; Era Purificación de Bossost (s. XII), donde destaca la portalada de entrada.