Barcelona, una ciudad de cultura cervecera
La relación de Barcelona con la cerveza se remonta muy atrás, hasta el neolítico, como evidencian los restos arqueológicos encontrados a pocos kilómetros de la ciudad, que muestran la conservación de la cebada, el malteado del grano y la fermentación, considerados los más antiguos de Europa. Ya en la época de los íberos, la cerveza formaba parte de la dieta habitual al ser los cereales un elemento indispensable, pero con la llegada de los romanos, la viña desplazó a la cerveza, que se mantuvo en segundo plano durante vario siglos.
Sin embargo, en el siglo XIX la ciudad vivió un auténtico boom de cerveceras gracias al conocimiento de la elaboración de la cerveza que aportaron algunos exiliados europeos. En esa época nacen las dos grandes marcas de cerveza de la ciudad: Damm y Moritz y aparecen varias fábricas de cerveza artesana en el centro de la ciudad. Hoy en día esta bebida está plenamente arraigada en la cultura gastronómica de la ciudad, hasta el punto de que hoy Barcelona es conocida internacionalmente por la calidad de su cerveza.
El ingrediente principal de la cerveza es el grano, que suele ser cebada, aunque también se puede elaborar con otros cereales. El malteado hace germinar este grano y luego se detiene el proceso secándolo y tostándolo y, finalmente, haciéndolo fermentar. A partir de aquí, la creatividad no tiene límites y se pueden añadir múltiples ingredientes para darle aroma y sabor.
Las características organolépticas, históricas y culturales definen los grandes estilos de cerveza en el mundo como IPA, Lager, Sstout, Tripel, Amber, etc... También el lugar de origen crea diferentes escuelas cerveceras como la alemana, la belga, la inglesa o la americana. ¡Te invitamos a descubrir y probar la riqueza cervecera-gastronómica de la ciudad!