Puente de Bac de Roda
La esbelta silueta del popularmente llamado puente de Calatrava se dibuja en la frontera entre dos distritos de la ciudad de Barcelona: Sant Andreu y Sant Martí. El puente de Bac de Roda se construyó entre 1985 y 1987, en el cruce entre las calles Felip II y Bac de Roda.
Santiago Calatrava, arquitecto de renombre internacional, fue el artífice de un puente que se erigió durante la renovación urbanística de la ciudad con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Calatrava concibió la obra con el estilo que tanto le caracteriza: formas curvas, inspiradas en las líneas del cuerpo humano, colores claros y cables en tensión en ambos lados, en un puente adaptado tanto al paso de vehículos como al de los peatones.
Una concepción visual de gran belleza que se levanta sobre las vías del tren, en un barrio de Sant Andreu que, cuando se construyó el puente, era un foco de problemas sociales y urbanos. Era necesario, por tanto, mejorar y acondicionar los espacios deteriorados con la construcción de grandes obras de ingeniería como este puente, que facilitaban la revalorización e integración en la ciudad de estas "nuevas Barcelonas".
A su función real, salvar las vías del tren que separaban los dos barrios, se le añade la función simbólica de cohesionar espacios de la ciudad disgregados hasta entonces. Vale la pena, por lo tanto, cruzar esta pasarela urbana que ha dado la imagen de modernidad a Sant Andreu, y contemplar, desde ahí, un barrio en plena transformación, y cada día más humanizado. La belleza del puente le valió el premio FAD de arquitectura en el año 1987.