Poema visual, Joan Brossa
Letras A enteras o rotas y signos de puntuación diseminados por la hierba forman un conjunto curioso y atractivo que se debe leer como un gran poema corpóreo. Una escultura urbana que tiene como objetivo invitar a la reflexión, y lo hace a través de un recorrido que va del nacimiento a la muerte.
Las letras son en los poemas corpóreos de Joan Brossa grandes objetos escultóricos que forman juegos con el espacio en el que se hallan. En este caso, Joan Brossa hizo en 1984 uno de sus poemas visuales en los nuevos jardines nacidos con la construcción del Velódromo de Horta. Lo llamó Poema visual transitable en tres partes porque el conjunto, de piedra artificial, forma un itinerario que va del principio al fin, del nacimiento a la destrucción.
El recorrido comienza con una gran letra A de 12 metros de altura, que hace de puerta de entrada al poema. Ése es el comienzo. Este inicio da paso a los obstáculos y al desarrollo de la vida, que aquí toma forma de signos de puntuación. Así los puntos, comas, paréntesis, signos de interrogación y de admiración escampados por la hierba nos conducen al final del poema, representado de nuevo una letra A mayúscula, pero en esta ocasión destruida. Representa el fin, la muerte, la destrucción.