Calle Montcada
En la calle Montcada de Barcelona conviven una serie de palacios medievales, renacentistas e incluso barrocos que nos abren sus portalones para adentrarnos en bellos patios de venerables piedras. Todos ellos son testigos de un pasado rico y glorioso de la que fue la calle principal y más noble de la Barcelona medieval.
La historia de la calle Montcada se remonta al siglo XII, cuando la saga de magnates de los Montcada recibió los terrenos como gratificación por parte de los condes reyes catalanes por su apoyo a la familia de Ramon Berenguer IV en la conquista de Tortosa. A partir de entonces, los nobles y mercaderes de Barcelona, enriquecidos con el comercio marítimo, comenzaron a edificar allí sus grandes residencias. Se trata de casas señoriales o palacios que en general siguen el típico modelo gótico catalán, es decir; estructurados alrededor de un patio central desde el cual se accede a la planta noble por medio de una bella escalinata. Se conservan palacios medievales como el Palau Aguilar, Meca o Baró de Castellet, sede del Museu Picasso de Barcelona, pero también renacentistas, como el Palau Cervelló o el precioso palacio barroco de Dalmases.
Caminando por la calle cobijados por sus galerías de techos voladizos, reviviremos la atmósfera del pasado glorioso de aquella Barcelona medieval mientras visitamos galerías de arte y museos.