Adéntrate en la arquitectura más desconocida y los sabores locales más auténticos de Barcelona
Todos los que hemos visitado Barcelona conocemos, en mayor o menor medida, su amplia oferta arquitectónica, con una serie de iconos destacados que están en boca de todos y que han situado la ciudad en el mapa de destinos mundiales más atractivos. Edificios de renombre, museos con obras de arte de todos los estilos y épocas... Pero Barcelona también cuenta con un patrimonio arquitectónico desconocido, con pequeñas joyas que valen mucho la pena visitar. ¿Deseas descubrirlas? Sigue leyendo y de paso adéntrate en el mundo de la gastronomía de proximidad, con una selección de los mejores restaurantes con producto km 0 que puedes encontrar en la ciudad y donde disfrutarás de una cocina de primera calidad.
¡La cara más desconocida del patrimonio arquitectónico de la ciudad te espera!
Es de sobra conocido que Barcelona dispone de un patrimonio arquitectónico famoso en todo el mundo. La UNESCO, por ejemplo, clasificó 9 de los edificios más importantes de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, Barcelona tiene también la suerte de disponer de un extenso listado de edificios igual de espectaculares pero no tan conocidos, que dan un valor añadido muy importante a la ciudad y que pueden ser tan imprescindibles como los iconos más visitados.
¿Sabías que en pleno Barri Gòtic puedes adentrarte en un tesoro de la Barcelona romana? Dentro de un pequeño patio medieval se encuentran cuatro columnas del antiguo Templo de Augusto, testigo del pasado romano de la ciudad que te transportará directamente a aquella época. Siguiendo por la historia, te recomendamos perderte por el Palau de Requesens o Sant Pau del Camp, dos joyas medievales, muy diferentes entre ellas, que te encantarán: la primera, un palacio privado desde donde podrás disfrutar de unas vistas diferentes de la ciudad y degustar un menú inspirado en la cocina de los siglos XIV y XV; la segunda, una pequeña iglesia románica, de las más antiguas de la ciudad, donde el tiempo se detiene y donde se desvanecen los ruidos y el tráfico del barrio del Raval. Y no puedes olvidarte de visitar el Born Centre de Cultura i Memòria, un núcleo de memoria colectiva que dispone de un yacimiento arqueológico espectacular y una exposición permanente de la Barcelona del 1700. Lo que fue un mercado del s. XIX es hoy en día un espacio de reflexión, memorable y emocionante, donde podrás aprender más sobre la historia de la nación catalana.
Ahora, si lo que te interesa son las casas señoriales, te recomendamos una visita a la Casa Rocamora o el Palau Baró de Quadras. Ambos edificios, construidos a principios del siglo XX, se caracterizan por disponer de un estilo muy particular que te enamorará a primera vista. La Casa Rocamora, por ejemplo, es un espectacular palacio isabelino famoso por tener una de las colecciones de arte privadas más variadas de la ciudad. El Palau Baró de Quadras sorprende por su mezcla de estilos y decoración ecléctica: es por un lado un palacio neogótico, y por otro, un edificio de pisos de estilo modernista, gracias a la remodelación que llevó a cabo el arquitecto Josep Puig i Cadafalch.
Otro de los edificios que no pueden faltar en tu lista es la elegante Casa de la Seda. La única casa gremial de Barcelona que está abierta al público fue construida en el siglo XVIII y era la sede del gremio de los veleros o tejedores de los velos de seda en la ciudad, y despertó la envidia de muchos en la época por la belleza de su diseño arquitectónico, con unos esgrafiados en la fachada sencillamente preciosos. Finalmente, otro atractivo arquitectónico de la ciudad son los edificios industriales que se han adaptado a nuevos usos, como la Fabra i Coats, antigua fábrica de hilos y tejidos del barrio de Sant Andreu que ha acabado convirtiéndose en un espacio multidisciplinar con el proceso creativo como eje vertebrador.
Y como todos estos, hay muchos otros: la Reial Acadèmia de Medicina, la de Farmàcia y la de Ciències i Arts, la Biblioteca Pública Arús, los antiguos recintos industriales de Can Ricart y Can Felipa...
¡Un buen puñado de edificios que seguro que te descubrirán la Barcelona más desconocida!
Prueba los auténticos sabores de la tierra
¿Te consideras buen gourmet? Pues entonces sabrás lo importante que es encontrar restaurantes donde lo que más importa, la materia prima, sea de procedencia local y de proximidad. Esto hace un tiempo era complicado en grandes ciudades como Barcelona, pero la tendencia de los últimos años nos demuestra, afortunadamente, que se está optando cada vez más por una cocina de proximidad, contribuyendo a la sostenibilidad y recuperando los productos más tradicionales. ¡Y los restaurantes que siguen este camino cada vez son más!
Si tu pasión culinaria es el pescado o el marisco, no te puedes perder la carta de dos restaurantes como son Can Ros o La Mar Salada, auténticos templos gastronómicos donde el sabor marítimo te hará sentir como si estuvieras en un pesquero en medio de mar. Y es que estos dos locales cuentan con un producto que llega directamente de la lonja de Barcelona, lo que nos garantiza un pescado fresco y de una calidad insuperable.
En cambio, si eres de los que disfrutan más con un buen plato de carne, no te puedes perder el restaurante Sagàs - Pagesos, Cuiners & Co. Esta opción destaca por ofrecer una carne de proximidad que te hará la boca agua. En el Sagàs han optado por seguir la filosofía de lo que se denomina "finger food", es decir, aquella gastronomía urbana donde se potencia la comida con los dedos, con una carne libre de transgénicos y charcutería artesana.
Pero si te gusta todo tipo de comida y, sobre todo, te gusta comer bien, tenemos dos recomendaciones más: El Mercader de l'Eixample, situado en un edificio modernista en pleno Eixample barcelonés, y con una carta donde la cocina catalana tradicional y ecológica es la estrella y la Taberna Hoffman, donde la cocina de toda la vida se reinterpreta de una forma innovadora, con tapas y platos a la brasa como principales reclamos.
Sea cual sea el restaurante que elijas, podemos asegurarte una cosa: ¡el viaje gastronómico será inigualable y te dejará con ganas de más!